miércoles, 22 de junio de 2011

Llegó el invierno...

-.-

....Y ya me anoticié...




-.-

martes, 21 de junio de 2011

12 de mayo

-.-

Ayer descubrí que la casa donde fui más feliz
es la casa en que fui más infeliz antes.
Sorpresa: que no me había dado cuenta.
Sin embargo, la tinta de mi pluma se rehúsa a escribir pretéritas historias.
Gloria a Versailles.

-.-

martes, 14 de junio de 2011

Orquesta Estudiatil de Buenos Aires

-.-

Jueves 16 de junio
19:00 - 20:30 hs



Casa de la Cultura de la Ciudad de Bs. As.
Salón Dorado
Avenida de Mayo 575





Programa



"Hamlet" op. 67 - Piotr I. Tchaikovsky
"Sincrética II" - Juan Carlos Figueiras
"Suite de la Ópera de los Tres Centavos"- Kurt Weill
"Rapsodia Armenia" op. 48 - Ippolitov Ivanov
"Concierto para Clarinete" - Karl Stamitz
Solista: Guadalupe Paredes


-.-

lunes, 6 de junio de 2011

Rizoma

-.-

"La sombra de la fugacidad y de la precariedad afectiva tiñe las inquietudes (...) Como alguna vez dijo Karl Marx (en otro contexto), todo lo sólido se disuelve en el aire. Cuando vivimos utilitariamente todo debe servir para algo y ser conveniente, incluso un vínculo humano. No es tierra fértil para el amor. El amor, dice el sociólogo polaco Zygmunt Bauman(...) anhela conservar al amado, extenderse hacia él; es un impulso centrífugo, diferente del mero deseo, que al ser centrípeto toma y atrae hacia sí. El amor busca en el otro al sujeto; el deseo, en cambio, hace del sujeto un objeto. El amor procura conocer al otro, ahondar en su misterio; el deseo, una vez consumido lo deseado, necesita renacer con otro objeto.

"Vivimos una era de deseos fugaces, estimulados intensa y artificialmente. Los vínculos que se consolidan necesitan tiempo. Dos sujetos, al fundar un vínculo, honrarlo y arraigarlo, crean un "tercer cuerpo", como explica con belleza la terapeuta junguiana Connie Zweig en Vivir con la sombra (escrito en colaboración con Steve Wolf). Ese es el cuerpo de la pareja, que necesita de la concurrencia e integración de quienes se aman. Aquí cuerpo no alude sólo a lo físico, sino a la totalidad del individuo. Son dos personas que se arriesgan a descubrir cada una en compañía de la otra los aspectos más recónditos de su propio ser. Eso requiere tiempo, decepciones, comprensión, creatividad, presencia, compromiso. Toda relación verdadera es una construcción, hechos, acciones, conductas. Si veo al otro en términos de conveniencia, como un objeto que satisface mi deseo (no sólo sexual, también el de ahuyentar la soledad o mostrarme ante los otros), no hay construcción posible. Es inútil creer que la ilusión de uno puede enmendar la manipulación del otro. Muchas veces el sufrimiento no sólo se origina en la perversión del manipulador, sino en la ceguera del manipulado, que insiste en ver lo que no hay.

"Amar, creo, es descubrir y honrar la singularidad de la otra persona, preocuparse por los sentimientos de ella como lo hacemos con los propios; es confiar en que existe en mí algo digno de ser amado, como lo hay en la otra persona, y que ambos nos lo descubriremos y ofreceremos.

"Por supuesto, el amor no puede inventarse y nadie está obligado a amar a otro. No elegimos amar a alguien. Pero estamos obligados a respetarlo. Desaparecer sin explicaciones de una vida en la que se ha entrado equivale a tratar al otro como objeto. Y muchas de las relaciones del mundo virtual e informático van en esa dirección. Se basan en falsas identidades, en falsear lo que uno en realidad es, en ofrecer lo que no se tiene, en rapiñar y desaparecer valiéndose del anonimato de un medio ideal para los vampiros vinculares. Se basan, también, en espiar vidas ajenas, en espiar a quien se dice amar y, por fin, en borrar a quien ya no conviene seguir vinculado. Se hace normal tratar al otro como objeto, se lo deshumaniza. Con todo, los fenómenos como Facebook no crean estas situaciones, sino que las evidencian. El todo vale afectivo comienza con el vale todo como modelo de vida, cuando en el festín consumista del usar, tirar e ir por más, de vivir con velocidad y sin sentido, entra también el prójimo como un bien de consumo.

"Considerar a otra persona con respeto, tratarla como el sujeto que es (y no como un objeto o un medio), amar de cuerpo presente, con acciones reales, no es algo que convenga o no convenga, no tiene fines ni utilidad. Simplemente confirma nuestra humanidad. En términos de sentimientos y valores, hace sólido lo líquido. Hace permanente lo fugaz"

sergiosinay@gmail.com


-.-