sábado, 5 de junio de 2010

Blow it

-.-

Cuando tengo esas rachas geniales en las que toco todos los días me convenzo de lo buena que soy y de cuánto mejor podría ser dibujando.

Pausa:
¿dije dibujando?
Pausa.
Digo:
tocando.
Pausa:
...
ah!
...
Pausa.

Es que practicar aquellas artes musicales, se confunde, se mezcla, se identifica, en mi imaginario, con practicar artes plásticas. No es nada original la frase que dice que hacer música es pintar con sonidos; ok, pero se me antoja cierta. Por la campana de un saxofón salen soplados cuadros, amores, encuentros, sopladas historias, ventosos paisajes, inflados globitos de duda.
Soplar, soplar y soplar es hacer pasar por el instrumento todo eso que De Chirico puso dentro del pintor y del arqueólogo y transformarlo también en sonido para que puedan disfrutarlo, sino de las dos maneras, al menos de una, quienes lo escuchan.

Músicos y plásticos trabajan con la misma materia prima.

¿Y qué pasa con los colores? También hay música monocromática.

Miopía: músicos que quieren dibujar en cualquier margen-pedacito-de-papel; dibujantes que aprovechan la hoja en blanco para correr a tocar la guitarra. ¡Convénzanse! ¡No son cosas distintas! ¡No añoren lo uno mientras realizan lo otro: que son una y la misma cosa!

-.-

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